lunes, 28 de julio de 2014

Nepal: Día 8

Namaste! Poco ha cambiado aquí en Nepal desde el último día que escribí: la ducha sigue estando fría, el wifi sigue estropeándose cada 20 segundos, los médicos siguen sin explorar a nadie, el tráfico sigue siendo un caos y la gente sigue siendo igual de agradable. 

Hemos hecho bastante excursiones desde el último post. El viernes 25 fuimos al monasterio Kopan, uno de los más famosos de Katmandu - y también de los más caros para alojarse - que ofrece cursos de meditación a los extranjeros que quieran aprender un poco más de la cultura budista. Está en mitad de la montaña, por lo que hay que dar un buen paseo para llegar, pero una vez que llegas merece la pena por las preciosas vistas y jardines.




El sábado 26 los monjes nos convencieron para ir al jardín botánico que estaba como a 1 hora del monasterio (Katmandú es GIGANTE) y, aunque era bonito, no deja de ser un jardín botánico sin más, por lo que realmente no lo aconsejo si vais justos de tiempo. La tarde la dedicamos al caótico Thamel, que es el centro de la ciudad, tan lleno de tiendecillas y gente chillando y ofreciéndote cosas que parece Chinatown. 

A solo dos minutos de Thamel está el Jardín de los Sueños (Dream Gardens), un sitio súper tranquilo que relaja de todo el stress que se vive en Thamel con las bocinas de los coches y las motos. Otra de las visitas que merece la pena hacer.



Al sur de Thamel y andando unos 10 minutos está la plaza Durbar de Katmandú, que es una zona de templos hindúes muy bonita. La entrada vale 700 rupias (unos 5.5 euros), pero si vas más tarde de las 6 la entrada es gratis, aunque a las 7 se va la luz, ¡así que hay que darse prisa para hacer las fotos (a mi se me hizo de noche...)!

Hoy hemos ido al Monkey Temple, una de las mejores visitas que he hecho hasta el momento en Katmandú. Después de unas escaleras empinadísimas (pone una señal de DANGER con una calavera, para que os hagáis una idea), llegas a la típica estupa budista, desde donde hay unas vistas increíbles de todo Katmandú. Pero lo mejor de todo es que está lleno de monos (de ahí su nombre), que son bastante tranquilos y que van a su aire pero que es divertidísimo de observar. ¡Visita completamente imprescindible!


En cuanto al tema del voluntariado, todo sigue un poco igual. Los días en el health post pasan sin pena ni gloria, muchos pacientes que vienen a tomarse la tensión y pesarse y otros muchos con síntomas inespecíficos que hacen que se vayan con quinientos medicamentos, especialmente antibióticos (no sabéis la de barbaridades que veo a diario). Los médicos y las enfermeras siguen tan simpáticos con nosotros como siempre, intentando explicarnos (un poco inútilmente) todo lo que pueden, haciéndonos tes y pitándonos nuestros nombres en nepalí con henna. 

El otro día saqué el fonendo en el heath post (para hacer un poco el gamba con las demás voluntarias, la verdad) y parece ser que durante unos minutos los médicos recordaron ese importante instrumento de la medicina y me hicieron auscultarles a ellos todo ilusionados y a los siguientes 4 pacientes, lo cual puede decirse que es lo más médico que he hecho desde que llegué aquí. 

No es que esté descontenta con el health post, pero desde luego no es la idea con la que vine. No estoy haciendo nada digno de ser considerado un voluntariado, simplemente estoy haciendo unas prácticas de Medicina bastante deficientes (pero viniendo del Hospital Macarena de Sevilla esto no es nada nuevo) en un sitio muy pobre y con muy pocos recursos. Ya os dije que me siento más útil yendo al orfanato, lo cual es una pena. 

En cuanto al monasterio, el menú básico sigue siendo arroz, arroz y arroz con lentejas y un poco de pique, por lo que de vez en cuando escapamos a hacer alguna comidilla con noodles, momos o curry, todo muy barato. Los monjes nos tratan genial, especialmente uno que se podría decir que es el encargado de los voluntarios aquí, que habla muy bien inglés y es un auténtico personaje, probablemente lo último que te imaginas que puede ser un monje. A pesar de la (gran) escasez de comodidades, no nos podemos quejar de nuestra vida aquí.


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